HISTORIA
DE LA HERMANDAD
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La primera referencia a la Cofradía de la Humildad se hace en un documento fechado en 1606 donde se relata como hacían Estación de Penitencia las cofradías de disciplina de la ciudad a la Santa Iglesia Catedral. Las cofradías entraban en el templo por la puerta del Perdón, discurrían por la nave del Sagrario y atravesaban entre los dos coros (crucero) continuaban por la nave de San Cristóbal y al no estar la Eucaristía en el monumento el Viernes Santo, se colocaba un altar con dosel delante de la capilla del Corpus Cristi de los Mozárabes, sobre el que había insignias de las cofradías de ese día. Estas hacían estación y contribuían con donativos, terminado por salir de la Catedral por la puerta de los Escribanos.
Otro documento enumera las distintas Cofradías que acudían a la Sede Metropolitana en estación penitencial: El Miércoles Santo desde la Parroquia Mozárabe de Santa Eulalia lo hacía la Cofradía de Santa Elena.
El Jueves Santo desde el Monasterio de Santa María del Carmen La Cofradía de la Santa Vera Cruz. Más tarde y el mismo día la Cofradía de las Angustias de Nuestra Señora partía del Monasterio de San Pedro Mártir el Real, antiguamente lo hacía del Hospital de San Lázaro.
El Viernes Santo desde el Monasterio de Santa Catalina de la Merced se encaminaba la Cofradía de la Soledad de Nuestra Señora. A continuación y desde el Monasterio de la Santísima Trinidad salía la Cofradía del Nombre de Jesús. Para terminar la jornada, La Cofradía de la Santa Humildad de Cristo procesionaba desde el Monasterio de San Juan de los Reyes, que primero estuvo en la Iglesia de la Cruz que esta debajo de San Nicolás y después en el Monasterio de la Concepción.
Todos estos datos nos dan indicios de la antigüedad de nuestra Corporación y también de los distintos templos por los que fue pasando, así como de que en aquellos años el día en que hacía Estación de Penitencia era el Viernes Santo.
También este documento nos hace notoria la estrecha relación de la mayoría de las cofradías toledanas con las órdenes religiosas más importantes: dominicos, trinitarios, carmelitas, mercedarios y franciscanos.
De 1659 es otro documento en el que se habla de la participación de nuestra Cofradía Hermandad en la procesión del Viernes Santo en 1658. En el documento ya se hace constar la existencia del paso del Cristo Crucificado, uno de los cinco con los que llegó a contar nuestra Corporación y que eran: la Oración en el Huerto, el de “Adivina” que representaba la Bofetada, el titular, el Santísimo Cristo de la Humildad, el Crucificado antes mencionado y el paso de la Virgen, llamada de la Soledad, acompañada por San Juan Evangelista.
En 1785 la Cofradía redacta nuevas Ordenanzas, donde se detalla las horas de salida y llegada de la Procesión saliendo como en la actualidad en Miércoles Santo. Que esta debía transcurrir hasta entrar en la Catedral, dando la vuelta por su interior. El acompañamiento que hacían los gremios del Arte de la Seda, de Carpinteros y de Albañiles, así como la Venerable Orden Tercera y los Religiosos del Monasterio. La presidencia del cortejo correspondía al Párroco de Santo Tomé, por estar el Monasterio en su jurisdicción parroquial.
La Hermandad residía en su capilla propia, llamada de las “Santas Insignias” en el Real Monasterio de San Juan de los Reyes. Esta tenía comunicación directa con la Capilla de la Beata Mariana, por lo que se hallaría a los pies del templo, panteón de los Venerables Mártires-Capilla del Santísimo.
Durante la Guerra de Independencia, San Juan de los Reyes fue ocupado como cuartel por parte de las tropas del Mariscal Víctor. Los cofrades son conminados a desalojar el templo con sus imágenes y enseres, terminando por establecerse en la Parroquia de Santo Tomé después de haber residido durante poco tiempo en la de Santiago del Arrabal. En el archivo parroquial de Santo Tomé se encuentra un inventario de 1761 donde constan los bienes de imágenes de la Cofradía de la Humildad.
Tras las penalidades de esta guerra y las desamortizaciones, Toledo toca fondo económica y demográficamente, situaciones que afectan a nuestra Cofradía. El 25 de mayo de 1824, en Junta General se decide pedir a los pocos componentes que aun quedan y a los que estuvieron inscritos que intenten salvar la Cofradía de la desaparición, comunicándolo en una carta de tonos desesperados. Suceso que debió acaecer al no haber más actas reflejadas en el libro.
A finales del 2002 un entusiasta grupo de amigos, componentes de varias cofradías y hermandades de la ciudad persiguen el ideal de la refundación de esta antigua y olvidada Cofradía. Cuentan con el apoyo de la Parroquia y Comunidad Franciscana de San Juan de los Reyes. Encargan al afamado escultor D. Darío Fernández la ejecución de una nueva imagen del Cristo titular. Se redactan Ordenanzas, que son aprobadas por el Sr. Cardenal Arzobispo D. Antonio Cañizares, el día 22 de mayo de 2006.
El día 19 de mayo de 2007 fue bendecida la nueva imagen del Santísimo Cristo de la Humildad, durante la solemne Eucaristía que fue oficiada por D. Antonio Cañizares, Arzobispo Primado. Actuó de padrino el Hermano Mayor de la Cofradía de la Quinta Angustia de Sevilla y como testigos, el Hermano Mayor de la Hermandad del Santísimo Cristo del Perdón de Alcázar de San Juan y el Presidente de la Junta de Cofradías Hermandades y Capítulos de la Semana Santa de Toledo, en representación de todas corporaciones penitenciales toledanas.
El 19 de marzo del 2008 nuestra Cofradía Hermandad volvía a participar en la Semana Santa, Este acontecimiento reunió una gran multitud de toledanos y curiosos que llenaban la plaza y no querían perderse este momento. Al abrirse las pesadas puertas de San Juan de los Reyes rompieron en un emocionado aplauso, al que siguió un recogido silencio mientras trascurría el cortejo compuesto por representantes de todas las Cofradías, Hermandades y Capítulos de penitencia de la ciudad, como padrinos de la nueva imagen y los penitentes de la Cofradía Hermandad que solo fue roto por el esfuerzo de los cargadores del paso al cruzar el umbral de rodillas y del son de la Marcha Real en honor al Santísimo Cristo de la Humildad.